Creo que uno de los actos cotidianos más recurrentes, casi automáticos y en el que menos reparamos, se da cuando vemos la pista en ambas direcciones antes de cruzar de una acera a otra. Lo repetimos cuidadosamente porque nos lo enseñaron de niños, con el enfático refuerzo de lo que podría pasar si no hacíamos.

Si fuerzo un poco la memoria esta debe ser una de las primeras acciones que aprendí relacionadas a tener cierto control sobre lo que podría pasar o no. De lo que yo podía evitar o dejar que pase en ese momento.

Viniendo a lo más reciente. Hace poco, leyendo un libro de Superación Personal, encontré esta frase:

«Un hombre consecuente cree en el destino, uno caprichoso cree en la suerte casa para encontrarlo»

Esta cita atribuida al destacado escritor y político británico Benjamin Disraeli, la encontré como cabecera de un Capítulo del libro “Despertando al gigante interior – Controle su destino, de Tony Robbins. (Tengo el propósito de leer 5 libros del él este 2019, voy 2. Con fe!)

Leerla, me sacó un poco del libro mismo, y me dejó pensando en lo parecidas que son para muchos de nosotros ambas palabras. En lo fácil que intercambiamos una por otra según la circunstancia. y también en cómo las asociamos con conceptos tan etéreos y filosóficos como la incertidumbre, la aleatoriedad, el azar, y finalmente hasta con lo inevitable.

Me animo a decir que si debemos diferenciar ambos términos, lo podríamos hacer tomando la Suerte como un concepto más relacionado a lo próximo e inmediato , y al Destino como algo asociado a lo más distante y definitivo. Así mismo, se contrapone en ambas su naturaleza que las relaciona (como dice el autor de la frase) a una con el Capricho (momentáneo y fugaz), y a otra con la Consecuencia (constante y subsistente) Ambas, de una forma u otra, relacionadas con el control que creemos tener sobre las cosas. Con la ansiedad que nos provoca el saber y dominar lo que está por venir, en aumento exponencial cuando más lejano es el horizonte de lo que visualizamos.

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Una de las mentes más brillantes de nuestro tiempo: Stephen Hawking, se refería al determinismo que asociamos al destino diciendo: «Incluso la gente que afirma que no podemos hacer nada para cambiar nuestro destino, mira antes de cruzar la calle.»

Y es verdad. Ni el más optimista la cruza sin ver, confiando en su buena estrella, tentando a las posibilidades. Ni el más pesimista, pensando en que ahí llega el eslabón final a su cadena de penurias, entregado a su inexorable destino. Todos miramos a advertir qué viene, porque tenemos una vaga certeza de que es manejable lo que va a pasar entre nosotros y lo que se va a cruzar en esa pista. Ese pedazo de realidad lo podemos controlar.

Quizás sea cuestión de observar mejor las pistas antes de cruzar, y no caer en la caprichosa tentación de culpar a la suerte por lo que pueda pasar en ese cruce en particular. Quizás también nos ayudaría ver si la ruta que hemos escogido es la que nos va a llevar finalmente donde queremos llegar. Ir haciendo nuestro camino al destino que queremos un cruce a la vez.

Eso es lo que pienso de ese pasaje, de la suerte, y de cómo vemos lo que está por venir.

Por cierto, yo siempre veo la pista antes de cruzar, y también se los estoy enseñando a mis hijos. Pero, es mi par de zapatos: es mi opinión. Me gustaría saber la suya.

Qué opinan ustedes?
Saludos para todos

Diego CB

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Visto en: « Despertando al gigante interior – Controle su destino «

Autor: Tony Robbins Para que puedan revisar otros contenidos y conocer más al Autor, les dejo el enlaces al sitio donde pueden encontrarlos

Enlace a web: Tony Robbins

7 comentarios en “¿Y tú cómo cruzas la calle?

  1. Bueno, yo creo que hay más que destino y suerte. No creo en el destino, no creo que la historia esté escrita. Creo que tenemos influencia en lo que nos pasa a nosotros y lo que sucede alrededor, son nuestros actos los que determinan el camino. Mezclados con la suerte, no podemos controlarlo todo. Pero esa suerte también depende, en cierto modo, de lo que hacemos. No sé si me he explicado…
    ¡Buen día!

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  2. No voy a entrar en detalles porque no se puede explicar mejor de lo que tu lo has hecho. Mente brillante sin duda la de Stephen con su frase. Cierto es, hasta el más racional de los humanos hace determinadas cosas «por las dudas» jajajaja…
    Me has hecho acordarme de una escena de Mulán de Disney cuando la abuela le dice que lleva el grillo de la suerte y se anima a cruzar la calle sin mirar provocando un caos… pero a la vieja no le pasa nada… aunque nada más sea esa escena búscala que te vas a reir y está al hilo de tu entrada.
    Me encantó leerte 🙂

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  3. A esto agregaría que la suerte y el destino están unidos por los eventos de serenpiditia que viene del término Serendipiti siendo los eventos que se dan “por caso o casualidad” sin que sea suerte o destino capaz …. solo es un evento de encontrare un trébol de 4 hojas cuando estabas buscando margaritas en un campo …. o grandes descubrimientos por casualidad … podría ser un término medio

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  4. Es bien cierto aquello que escriben y dicen los psicólogos: «tú eliges tu camino y tu destino».

    De la misma forma que lo es aquella otra: «ni la vida tiene libro de instrucciones, ni para elegir nuestro futuro conocemos las consecuencias de nuestros actos».

    Seguramente no existe ni el determinismo ni el destino. Ahora bien, lo que sí existe es que el futuro (nuestro futuro) juega con nuestra ignorancia sobre lo que él (el futuro) es y espera de nosotros.

    Saludos.
    Luis NC.

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  5. Somos creadores de la realidad en la que vivimos, y puesto que somos energía atraemos aquello en lo que vibramos. Cada ser tiene un propósito diferente en la vida, creo que no es cuestión de suerte, siento más bien que es cuestión de no interferir y poner resistencia a la vida, más bien fluir con ella.

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